Hace años, cuando trabajaba en Madrid y gobernaba el PP, escuchaba con mucha frecuencia esta cadena de radio porque era la única que informaba continuamente sobre cotizaciones y asuntos económicos (después de leer lo que acabo de escribir me suena a disculpa). Era una cadena más, y no destacaba por su ideología ni por ningún otro asunto.
Desde hace unos meses, tienen una cadena de televisión que emite por TDT, pero el tono de sus comentarios es muy distinto. Siguen informando principalmente de economía, pero ¡ay! no desaprovechan la ocasión para ridiculizar al gobierno del PSOE: venden camisetas con la frase “Zapatero fue un error” (eso sí: tanto en blanco como en negro), su humorista de plantilla casi sólo imita al presidente del Gobierno, en los informativos nunca dejan la ocasión de comentar una noticia con una crítica directa, etc. Además, dada la ideología de la cadena, insertan anuncios producidos por ellos con un claro contenido ideológico pero con la excusa de provocar a la gente para que “se informe y sea libre”.
En el primer anuncio, con motivo del “día del orgullo gay”, muestran imágenes de personas vestidas estrafalariamente, pretendidos gays, que con voces estridentes cargan contra Rajoy y el Papa. La música de fondo del anuncio es desgradable, para acompañar la imagen que dan estos individuos. Unas frases sobreimpresionadas en pantalla se preguntan retóricamente si es estas personas son el ejemplo que queremos para nuestros hijos y si estos desfiles deben pagarse con fondos públicos como hace Gallardón en Madrid (?). Como casi todos los anuncios tiene trampa, porque muestran sólo un aspecto con la que pocos podrían sentirse identificados. Sin embargo, no se les ocurre mostrar a los descerebrados que en las manifestaciones gritaban “¡Asesino!” a Zapatero o al arzobispo de Sevilla acompañando a Franco bajo palio.
En el segundo anuncio, salen unas fotos de obreros construyendo rascacielos en Nueva York en los años veinte o trienta, suspendidos del vacío a alturas de vértigo. Una voz en off dice mientras tanto que a los españoles no les interesa la muerte digna, los homosexuales ni el aborto, y dirigiéndose a Zapatero le dicen que no ponga en peligro su sueldo a finales de mes. El problema está en que estos temas sí que les interesan a los españoles, especialmente a ellos. Lo que no les interesa, especialmente a ellos, es que se hable o se legisle, no vaya a ser que el resultado no sea de su agrado, como en el de los matrimonios homosexuales.
En el tercer anuncio, muy bien realizado, se jalea en clave irónica el “Divorcio Exprés” ya que permite casarse una y otra vez sin asumir ningún compromiso. Supongo que el guinista del anuncio olvida intencionadamente obviedades tales como la de que nadie está obligado a divorciarse, que nadie se divorcia por diversión sino por necesidad, que los que lo hacen (salvo en EE.UU., país al que se guardan muy mucho de criticar y donde el divorcio es muy accesible) no se vuelven a casar una y otra vez, y que los trámites cuantos menos sean mejor (de ahí lo de “Exprés”), que es lo que debería mantener una ideología pretendidamente “liberal”.
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