En una entrevista al escritor Alfredo Bryce Echenique éste dijo que a sus 54 años se planteó cambiar de vida y empezó compartiendo su residencia entre Lima y Barcelona. Eso está muy bien, pero no sé, no sé.
Con más de treinta años cambiar de vida no es fácil. Yo llevo intentando cambiar de vida desde los ocho años, por lo que tengo ya práctica, y aún no lo he conseguido. Seguro que usted también lo ha intentado varias veces, y ya me dirá cómo le ha ido. Cambiar de vida con el peso acumulado de tantos años cuesta su trabajo, porque uno tiene ya barriguita, se fatiga si tiene que correr más de diez metros, tiene cuñados, etc. Quizá sólo un suceso traumático tiene la fuerza suficiente para romper todos esos lazos y abrir el mañana a otra cosa diferente.
Y en el mejor de los casos de que se consiga, el problema puede estar a partir de ese momento, si ésa no era la vida que realmente soñábamos cuando teníamos otra.
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