Soy un nacionalista sin patria, si acaso el idioma. Ser español siempre desanima bastante, es la tradición. Sin embargo aún un rescoldo debe quedar en alguna parte, porque me indignan cosas que debieran disolverse en el mar de la normalidad nacional.
«Operación Triunfo» fue un programa de éxito que lanzó a la fama a varios jóvenes (dejémoslo ahí), y resume varias de esas cosas que me resultan incomprensibles. Ante un programa así, alabado por la promoción de nuevas promesas, sólo puedo hacerme preguntas como ¿por qué en una televisión pública española pagada con el dinero de todos se fomenta el inglés? ¿por qué sólo pop (ramplón, para mi gusto)? ¿por qué sólo jóvenes? Con ese pienso luego salen esos pollos.
Las respuestas se intuyen. Todo muy líquido.
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