martes, 24 de noviembre de 2009

< Con palabras: Restaurar el pasado














En el mejor de los casos con buena voluntad, particulares y organismos públicos a veces restauran edificios. Otros se dejan caer a pedazos con las ventanas abiertas para construir apartamentos en los solares vacíos: en Málaga hay muchos ejemplos.

Las imágenes que acompañan este artículo son del centro histórico de esa ciudad. En la calle San Agustín, a menos de cien metros del Museo Picasso y a cincuenta de la Catedral, han restaurado una fachada (otras al lado esperan), y se han encontrado con que los balcones originales tenían cerramientos de moldura y estructura de madera. No sé si ha sido por precio o porque ya no quedan artesanos que hagan esos trabajos, pero han cambiado la elegancia y la delicadeza de las casas burguesas de hace cien años por las líneas frías, blancas y rectas del aluminio de hace media hora. Otra Disneylandia barata.

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