Hay frases hechas, muchas, para no pensar; de la misma forma que hay floreros, muchos, que no son bonitos, sólo ocupan un lugar y cumplen una función. Nadie te va a llamar ni va a pensar en ti.
Cuando escuchas esas palabras tienes que aceptar que acabas de morir y que por suerte tienes que iniciar una nueva vida sin memoria de la anterior. No sé: toma la costumbre de desayunar en un bar leyendo el periódico, dormir la siesta o pasear con el perro, pero no abrigues la esperanza de seguir vinculado a alguien que te ha soltado esa fresca para no pensar; no le has merecido ni el esfuerzo de un impulso eléctrico neuronal nuevo, sino uno ya gastado por la convención.
“Al lugar donde has sido feliz / no debieras tratar de volver”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario