Buscaba imágenes antiguas de la calle del Cebollino, en Ceuta: algo muy específico como podrán pensar, e incluso aburrido si no tienen interés personal en el tema.
Hoy en día, el verbo ‘buscar’ suele relacionarse con Google, y en efecto utilizaba este buscador para encontrar las fotos. Pero lo relevante, lo singular, es que al escribir “calle Cebollino, Ceuta” salieron, sí, imágenes del barrio y de la ciudad, pero también de Esperanza Aguirre, de El Bigotes, de molinos de viento, de Bárcenas, Griñán y sándwiches de mozzarella, de indignados del 15-M y Chaves y Fabra y pastelillos rellenos de cabello de ángel. Todo esto tiene algún vínculo en común con el callejero ceutí, aunque no sé cuál, pero alguno.
Soy de los que estudiaron en libros y copiaban en papel lo que el profesor escribía con tiza en la pizarra: nada de educación 2.0. Pero puede que dentro de veinte años (¡un futuro lejanísimo, una eternidad!) algún escolar en busca de atajos escriba que en la calle del Cebollino, en Ceuta, se reunieron a comer pastelillos rellenos de cabello de ángel y sándwiches de mozzarella Aguirre, El Bigotes, Bárcenas y Fabra, mientras una manifestación de indignados ocupaba la calle y Griñán y Chaves servían las bebidas. ¿Y los molinos de viento? Estoy muy cansado para pensar en eso: démosle una patada, que se vaya a la cuneta y que no salga en el informe oficial.
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