Los siete enanitos del cuento eran adultos pese a su corta talla. Eran bondadosos y juguetones y estaban a entera disposición de Blancanieves. De hecho, si no hubiera sido por ella, nunca habrían salido en esta historia y vivirían ignorados en un bosque perdido, y aunque quizá nos hubiéramos perdido un buen cuento, hubiéramos dormido más tranquilos, con más certezas.
Como eran enanitos, daban saltos para destacar a ojos de Blancanieves, pero como eran torpes siempre perdían el equilibrio y se caían rompiendo algo (una bombilla de bajo consumo, un diccionario). Luego, muy serios para que no se les notara, hacían alguna declaración para aprovechar las cámaras que habían acudido al ruido del estropicio. Cuando hacían algo realmente mal, sus primos mayores (Alfredo y José) les castigaban a sentarse en su sillón en silencio y a no poder hacer más tonterías durante un tiempo: ese era el peor castigo, porque ellos lo que querían era dar saltos ante Blancanieves.
Aún no sabemos el final de esta historia, que la tendrá. Lo malo es que dejará el listón a la altura de los enanitos.
No pillo de qué va esto,
ResponderEliminarpero me sorprende que la caida de un enanito pueda romper un diccionario.
Cosas de la imaginación, me imagino.
Bss.Pepi.
Son siete ministros: es que tengo que cambiar de canal cada vez que salen en televisión. En este caso no me pierde la curiosidad, sino la vergüenza.
ResponderEliminarGracias por el comentario.
Ahora sí lo pillo.
ResponderEliminarY supongo que eso de cambiar de canal cada vez que sale algún enanito impresentable, sea del "cuento" que sea, debe de ser bastante más común de lo que creía, pues yo también lo practico.
Gracias.Pepi.